Desde el momento que una mujer se da cuenta que está embarazada, toma muchas decisiones, conscientes o no, que tienen efectos transcendentales en la criatura que está creciendo en su útero. Casi todas las decisiones que tome y las experiencias que viva, que afecten su bienestar físico y emocional, pueden influir en ese hijo cuya presencia seguirá alterando su vida en formas que ella no puede siquiera imaginar.
Esperar un bebé, especialmente el primero, no sólo cambia el cuerpo y el estilo de vida de la madre, sino también el de toda la familia.
A medida que la nueva vida se desarrolla, lo mismo ocurre con los futuros padres. Incluso antes de tener un bebe, ellos comienzan a sentir un fuerte vinculo emocional con el ser que se desarrolla. Usualmente, los sentimientos positivos superan los negativos, especial una vez que el feto se hace sentir con los repentinos golpes y contorsiones. Un hombre puede experimentar síntomas “simpáticos”: náuseas, dolor de espalda y de cabeza, que le ayudaran a sentirse como un participante activo del embarazo.
Hacia el octavo mes los futuros padres puedes ser conscientes de que un feto tiene ciclos de sueños, actividad y temperamento (Di Pietro.Hodgson,Costigan &Johnson,1996).
A medida que los padres aceptan su relación con el hijo que tendrán, tratan de reconocer que este hijo será un individuo distinto. En tanto reconocen su voluntad para educar y cuidar de él, su conciencia de lo que conlleva la paternidad puede fomentar su desarrollo psicosocial
(Valentine, 1982)

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